Efemérides

El 26 de noviembre fue declarado en 2015 Día Nacional del Humorista. Hasta ahí, otro día
más en el vademécum de fechas consagradas a la conmemoración, pero todo adquiere otro
sentido cuando se menciona que fue instaurada en recuerdo del nacimiento de Roberto
Fontanarrosa, el creador de Boogie el Aceitoso, Inodoro Pereyra e innumerables viñetas en
revistas y diarios, desde Hortensia en adelante.


Nacido en Rosario en 1944, el Negro Fontanarrosa comenzó a publicar en las revistas
Boom y Zoom, rosarinas, hasta que en 1973 llega a la Hortensia, la revista cordobesa de
humor de Alberto Cognigni que obtuvo un suceso impresionante en todo el país con tiradas
de más de cien mil ejemplares. Allí aparecen por primera vez Boogie, un mercenario
norteamericano violento, racista y retrógrado que parodia a los duros del cine
estadounidense (y una referencia casi directa de los servicios de inteligencia que en esa
época y más adelante operaron en toda América latina desestabilizando gobiernos) y el
genial Inodoro Pereyra, arquetipo del gaucho pampeano que con Mendieta, un perro que le
hace contrapunto en sus divagues existenciales, se convirtió en una de las estampas más
reconocibles de la historieta argentina.


Siempre estuvo orgulloso de su tarea de humorista, pero es injusto pasar por alto una
cuestión fundamental: fue un gran, gran escritor. Sus libros de cuentos, en los que se
apropia del estilo de grandes escritores llevándolos al absurdo, demuestran un profundo
conocimiento de los mecanismos literarios y una agudeza de lectura que le permite
profundizar en la técnica de los autores para subvertirla; allí está por ejemplo “El gran
hermano oso”, un cuento hilarante con un estilo Jack London perfecto, “Los últimos
vermicelli”, parodia a “Farenheit 451” de Ray Bradbury donde los que se memorizan no
son libros sino recetas de cocina, o “El congresista olvidado”, donde los que caen son los
redactores de las semblanzas históricas inflamadas de próceres locales . Como testimonio
de su lucidez queda su brillante y demoledor discurso en el Congreso de la Lengua
Española de 2004, en el que reivindica las “malas palabras”.


Hincha de Rosario Central, presidente de la Mesa de los Galanes del bar El Cairo, amigo
de Caloi, Quino, Serrat y Sabina entre un millón más, socio creativo de Les Luthiers, actor
ocasional (tuvo un papel en “El asadito” y “¿De quién es el portaligas”) y compendio de

cultura universal tamizada en la sensibilidad barrial de un sudaca de las orillas del río,
Fontanarrosa murió el 19 de julio de 2007.