Uno de los músicos que con su desparpajo continúa la línea de renovadores del chamamé
(en la que lo antecedieron Tarragó Ros, Teresa Parodi, el Chango Spasiuk y otros más),
Ernesto Leonel Ocampo nació el 7 de noviembre de 1989.


A primera lectura, el nombre no remite a referencia, pero si se lo menciona por su nombre
artístico, Ernestito Montiel, la cosa cambia.


Hijo de Juan Montiel (Juan Ángel Ocampo) y sobrino nieto de Ernesto Montiel, el
fundador del célebre Cuarteto Santa Ana y creador de un estilo chamamecero, Ernestito fue
un precocísimo cantante: a los 3 años ya subía al escenario con su padre, y unos pocos años
más tarde, comenzaría su trayectoria como acordeonista. Forman el conjunto Juan y
Ernestito Montiel, y a partir de ahí empezó un trajín por los escenarios de todo el país que
todavía no se detiene.


En 2002, justamente el día de su treceavo cumpleaños, recibió un regalo invaluable:
Juana Notto, viuda del “Señor del Acordeón”, le entregó el último instrumento ejecutado
por éste. Años más tarde, en 2013, también le encomendaría la dirección del mítico
Cuarteto Santa Ana.


Su presencia escénica, mezcla de atildado músico de la época de oro y adolescente
perpetuo, ya es una postal reconocida en los festivales, especialmente en la Fiesta Nacional
del Chamamé, donde se consagró y se convirtió en uno de los favoritos del público.
Ernestito Montiel, una muestra de que, en el chamamé, la rama nunca cae lejos del árbol.